Los primeros pasos en la historia de la aerostación fueron dados por un inventor y sacerdote jesuita llamado Bartolomeu Lourenço de Gusmão. La primera demostración pública, ante la corte, se realizó el 8 de agosto de 1709 en la Casa de Indias de Lisboa, consiguiendo elevar su artilugio 4 metros por encima del suelo, antes de que se incendiara. Su invento fue denominado Passarola y solicitó la patente al Rey Juan V.
Setenta años después Joseph-Michel y Jacques-Étienne Montgolfier hicieron famosos a sus otros nueve hermanos, al transformar un sencillo juego infantil en el antepasado de los actuales globos aerostáticos.
A finales del siglo XVIII El primer acontecimiento en España sucedió el 5 de junio de 1784 con Jean Bouclé, que fue el primero en efectuar una ascensión tripulada con un globo Montgolfier que se elevó del Palacio de Aranjuez, pero que sin control terminó en un desgraciado accidente.
El segundo punto de partida tuvo lugar el domingo 12 de agosto de 1792 a cargo del célebre capitán Vicente Lunardi. Este aventurero tuvo la oportunidad de elevarse en globo aerostático, por primera vez en España, desde el jardín del Real Sitio del Buen Retiro. El globo se elevó sin problemas y desapareció al cabo de poco. Hacia las siete de la tarde apareció de nuevo por los aires de las inmediaciones de la Villa de Daganzo.
En España hubo ascensiones memorables, como la de Agustín de Betancourt, del Real Cuerpo de Ingenieros, desde el Real Sitio del Buen Retiro en 1784. Es sumamente curiosa la noticia aparecida en un periódico alemán en 1784 sobre la ascensión en Plasencia de un español, José Patiño, en un “extraño artefacto”. ¿Realidad, ficción? Nunca los sabremos.
En noviembre del mismo año tuvo lugar la primera ascensión de un globo de diseño y fabricación “militar” en San Lorenzo del Escorial a cargo del profesor de Química del Real Colegio de Artillería de Segovia, capitán Proust, y cadetes de la misma, ante la presencia del Rey D. Carlos IV. Como resultado de esta ascensión, el Primer Ministro, D. Pedro Abarca y Botea, Conde de Aranda, redactó un informe muy favorable sobre las ventajas de los globos para la observación que desgraciadamente quedó en el olvido.
También las mujeres participaron en esta nueva aventura aeronáutica. Madame Thilde fue la primera dama que ascendió en globo en Lyon en 1784 y Mercedes Coromina recorrió España y Portugal realizando exhibiciones con su globo Granada, sentada en un trapecio que pendía de él.
En 1884 se crea la primera Unidad de Aerostación Militar en España. El Rey D. Alfonso XII, por R.D. de 15 de diciembre, ordenaba a la 4ª Compañía del Batallón de Telégrafos, la conservación, inflación y manejo de los globos aerostáticos. Mandaba esta Compañía el capitán D. Fernando Aranguren. En 1888 se adquirió en Francia a la casa YON un globo esférico y su tren de inflación y con él se realizaron las primeras ascensiones. Se componía el citado tren de tres carros, uno para el transporte del globo, barquilla, lonas y demás bagaje, un segundo carro transportaba la complicada maquinaria para la producción del hidrógeno y el tercero era el denominado carro torno con una máquina de vapor para mover los engranajes del cable de retención y que fijaba el aeróstato a tierra.
El 10 de julio de 1889, tuvo lugar la primera ascensión del globo YON en vuelo libre. El “María Cristina”, que así fue bautizado, según diremos más adelante, ascendió hasta 400 m. y descendió en Velilla de San Antonio. Iba tripulado por el Teniente Coronel Ayllón, Jefe del Batallón de Telégrafos, Tcol. Pérez de los Cobos, Ctan. Aranguren y el Tte. Sánchez Tirado.
La Casa Real española prestó en todo momento su apoyo a la Aerostación con su presencia. La Reina Regente Dña. María Cristina, a poco de recibir el Batallón de Telégrafos su primer globo, se personó el 27 de junio de 1889, sin previo aviso, en la Casa de Campo donde, junto al estanque de patinar, la 4ª Compañía del Batallón de Telégrafos hacía prácticas y maniobras de inflación con el recientemente adquirido Tren Yon. Sin dudarlo un instante, la Reina subió a la barquilla con el Teniente Coronel D. Lícer López de la Torre Ayllón y realizó una ascensión. Como recuerdo de la misma se acuñó una medalla y desde ese momento nuestro primer globo recibió el nombre de María Cristina. Días después fue S.A.R. la Infanta Isabel fue la que ascendió hasta una altura de 500 m en este mismo globo, longitud máxima de su cable de retención.