Veleros del Cielo: 1930 -1940 La década que debió ser prodigiosa. (innovaciones aeronáuticas desperdiciadas)

El periodo que va de 1930 a 1940 debió ser la década prodigiosa. El cambio en la forma de gobierno en España, fue el detonante para que todo lo que estaba latente explotase incentivado por las nuevas medidas culturales. El analfabetismo fue uno de los enemigos a batir.

Los años 20 quedaban atrás con sus dictaduras y dictablandas. El país apostó por un cambio y este llegó. El decenio comenzó con un aire nuevo, vivificador, qué barrio la piel de toro de punta a punta y en todos los ámbitos. La llamada Generación del 27 dio lustre a las letras patrias y, aunque no se llamasen así, ingenieros, inventores, filósofos, médicos y músicos también tuvieron sus propias generaciones aunque algunas no fuesen bautizadas.

Torres Quevedo

La aeronáutica no iba a ser menos. Algunos militares y civiles extraordinarios aportaron algunas innovaciones que, de haber llegado a buen puerto, habrían introducido al país en la élite mundial del ramo. Y no es que a los españoles eso de innovar nos resultase extraño. Torres Quevedo solucionó problemas con las barquillas de los dirigibles allá por 1907.

Todo parecía indicar que el cambio para bien, era lento pero imparable. Entonces ocurrió algo inesperado. Posiblemente lo peor que le puede ocurrir a un país, una guerra civil terriblemente trágica que se llevó por delante las esperanzas y las vidas de un millón de personas y mandó al exilio a otro medio millón, poniendo fin a la modernización que se estaba llevando a cabo y volviendo a sumirnos en la oscuridad de la que tardaríamos unos cincuenta años en salir. Entre los que se fueron, bien al fondo de una fosa o fuera de nuestras fronteras, estaba lo más granado de nuestros cerebros, los más lúcidos. Las aportaciones que pudieron haber hecho, en muchos casos, se perdieron para siempre y en otros, fueron aprovechadas por los países de acogida.

Vamos a realizar un pequeña ucronía, obviando el conflicto bélico, así vislumbraremos donde podríamos llegado en el campo de la aeronáutica.

Ricardo Causarás

Ahora hagamos un ejercicio de visualización. Supongamos un reloj en el que cada hora abarca 10 años. El reloj marca las 0 horas, cuando los hermanos Wright, 1900, están dando el pistoletazo de salida con su Flayer 1. La manilla horaria aún no ha llegado a la 1:00 cuando en Valencia, Ricardo Causarás (1909) está imaginando un avión con alas en flecha, como si de un reactor se tratase.

El reloj está en las dos. Es el decenio de los pilotos (casi todos ellos militares salvo alguna excepción) y las grandes travesías: 1926

Plus Ultra-Argentina, 1926 Patrulla Elcano-Manila (Filipinas), 1926 La Patrulla Atlántida - Guinea Ecuatorial, bordeando la costa. 1929 Los vuelos del Jesús del Gran Poder a Hispanoamérica. 1927 Tuvo lugar un vuelo doméstico pero de gran y larga importancia, el Puente Aéreo entre Madrid y Barcelona.

Preludiando lo que vendrá, en 1929 Ortega y Gasset nos regala su libro, La rebelión de las masas. Primero por capítulos en el diario el Sol y posteriormente como libro. Luis Buñuel en colaboración con Salvador Dalí ponen la imagen de la vanguardia con El Perro Andaluz y Rafael Alberti nos enseña su poesía en Sobre los ángeles.

Han pasado solo tres horas en nuestro reloj. La manilla horaria se ha parado en el tres y es el momento de la explosión de todo el talento que posteriormente será conocido cómo Generación del 27, a la que habría que añadir otros movimientos culturales: Las Sinsombrero (Paraguas bajo el quese agrupaban pintoras, escultoras, escritoras y poetisas), el Grupo de los Ocho (Dentro del que están los músicos más prometedores) y la Generación de 25 (Arquitectos que darán forma a este nuevo mundo que aparece)

Se pueden mencionar muchos ejemplos de este talento pero, por citar algunos:

Delhy Tejero recibe el premio Aprecio en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1930 (en 1932 recibirá la Tercera medalla en Artes Decorativas)

En 1930, Rosa Chacel, publicará Estación. Ida y vuelta y María Zambrano, Horizonte del liberalismo.

Buñuel y Dalí nos sorprenden con las imágenes de L´Âge d´or y Rodolfo Halffter puso la música a la década con: Dos sonatas de El Escorial

Ya en 1931 la colaboración de los arquitectos Carlos Arniches y Martín Domínguez marcará el camino a seguir por la arquitectura (Instituto-Escuela y Auditorio de la Residencia de Estudiantes)

En este año 31 prosiguen las grandes travesías aéreas: El capitán Cipriano Rodríguez y el teniente Carlos Haya llegan a Guinea a través del continente africano.

También tendrá lugar la Primera Vuelta Aérea a España.

1932 nos sorprenderá con el vuelo de un aviador civil Fernando Rein Loring de Madrid a Manila en solitario. En el 33, llegará el vuelo hasta Camagüey del Cuatro Vientos

Otro piloto civil Juan Ignacio Pombo Pesquera, nos asombrará en 1935 con su viaje de Santander hasta México.

Como se dice más arriba, ésta será la década de las innovaciones aéreas que se unirán al gran ambiente de progreso y modernidad que respira el país:

El Autogiro

La primera innovación vendrá de la mano de un ingeniero de caminos murciano, Juan de la Cierva, que con su autogiro, antecedente claro del helicóptero, sorprenderá al mundo de la aviación con su invento resolviendo el problema de la pérdida. Estará a caballo entre dos décadas, pero será en esta donde su innovación adquirirá todo su esplendor. Solo su temprana muerte privará al mundo de saber hasta donde habría llegado su genial inventiva.

El Aerogenio de Fernando Gallego

Otro ingeniero, también civil, de Villoria (Salamanca), Fernando Gallego, al que apodaban el ruso por un curioso sobrero que portaba, dejará boquiabiertos a todos con su genial idea de un avión de aterrizaje y despegue vertical, el Aerogenio.

Emilio Herrera y su traje

Emilio Herrera, este militar granadino – que llegará a general- , aviador y científico, llevará su innovación por el camino de la aerostación. El diseño de su traje, muchos años después, será el punto de partida de la NASA para el diseño de los trajes de los astronautas.

Virgilio Leret

En el mismo año que Emilio Herrera está diseñando su traje, el capitán e ingeniero Virgilio Leret desarrolla un motor (Motor Turbocompresor de Reacción Continua) de reacción que presentará ante el Presidente Azaña y este dará orden para que sea fabricado por Hispano-Suiza. (Su modelo de motor llegará veinte años antes que el Saeta, al que en la actualidad se considera el primer reactor español)

Su invención, desconociendo totalmente lo que se estaba fraguando en otros países, llegará un año después del desarrollo que se hizo en Alemania y uno antes del que apareció en el Reino Unido.

Federico Cantero

Libélula Viblandi, así será conocido el primer helicóptero creado en España y en el mundo. Será llevado a cabo por el ingeniero madrileño Federico Cantero y se podría decir que fue la continuación del trabajo del malogrado De la Cierva por aquello de las alas rotatorias. Su creación llegará dos años antes que la del ucraniano Igor Sikorsky.

En nuestra ucronía tanto los trabajos del Sr. De la Cierva, como las demás innovaciones aquí expuestas: El Aerogenio de Fernando Gallego, El traje de Emilio Herrera, el Motor Turbocompresor de Reacción Continua de Leret y la Libélula Viblandi de Federico Cantero, todas ellas llegarán a buen puerto. La guerra que impidió a sus inventores pasar a formar parte del libro de la fama con letras mayúsculas, simplemente no existió.

Tal vez otro habilidoso diseñador como el alicantino, Robert Castelló, o él mismo, habría recogido la propuesta del valenciano Causarás y uniéndola al motor de Leret habría hecho el primer reactor con alas en flecha.

Ahora la pregunta múltiple que habría que hacerse es: ¿En qué lugar se habría colocado España, si el Aerogenio se hubiese adelantado casi treinta años al Harrier, si el traje del Sr. Herrera nos hubiera permitido llevar astronautas españoles al espacio, si el motor de Leret hubiese sido el que impulsara de los aviones de las FARE y de Iberia, si la Libélula y los autogiros hubiesen seguido su desarrolló? ¿Qué prodigios nos habrían mostrado?

¿Tal vez esa década, ahora sí prodigiosa, nos habría colocado en la cabeza de los países desarrollados, en lugar del furgón de cola que nos dejó la realidad?